Síndrome de la cintilla iliotibial o más conocida como “rodilla del corredor”

La rodilla del corredor se ha hecho mucho eco en los últimos años debido a la cantidad de nuevos “runners” que se suman cada día a realizar decenas de kilómetros semanales por las calles de las ciudades.

Es una afectación muy prevalente y se suele presentar cuando “estas empezando” o aumentando carga en este deporte. Se da en mayor o menor medida, ya que lo que en algunas personas es una molestia en la zona externa de la rodilla en otras es un dolor intenso que se extiende por el lateral de la pierna, ya sea hacia proximal o distal, y que les hace detenerse en otro frustrado intento por correr unos kilómetros.

Esta lesión causa mucha preocupación debido a su localización en la rodilla y dolor intenso, por eso se puede confundir con dolores meniscogénicos, desgarros musculares o degeneraciones articulares… nada más lejos de la realidad.

Entonces ¿De qué se trata? La estructura habitualmente afectada y sintomatológica es la cintilla iliotibial, normalmente en su inserción en la rodilla. La cintilla es una maraña de tejido fascial producida por la musculatura glútea y el musculo tensor de la fascia lata. Su sobretensión produce fricción entre la banda tensa distal de la cintilla y el epicóndilo lateral de la rodilla, si se produce repetidamente se inflama y produce su característico dolor.

Hemos de tener en cuenta que la cintilla tiene una estrecha relación con la tensión de la musculatura externa del muslo, músculo tensor de la fascia lata, musculatura glútea, tejido fascial lumbar, relación antagonista con los aductores, pisada con el exterior del pie…

Cuando valoramos no podemos centrarnos únicamente en la cintilla, ya que suele ser el efecto del problema y no su causa. Hemos de buscar esa causa ya que incluso en situaciones de largos periodos de reposo la lesión se mantiene asintomática, pero volverá al realizar actividad física de impacto.

Lo primero que se debería hacer es no parar la práctica deportiva en seco:

  • Realizaremos una disminución de la carga de entrenamiento.
  • Entrenar sobre suelos más blandos que el asfalto como el tartán o la tierra.
  • Aplicar hielo local en la zona tras el ejercicio.
  • Se deberían realizar distintos ejercicios con objetivo propioceptivo tanto de cadera como del pie.
  • Estirar la musculatura glútea y lateral del cuádriceps.

Rodilla del corredor

Si de esta manera los síntomas persisten hay que acudir rápidamente al fisioterapeuta, se trata de una lesión con muy buen pronóstico de recuperación y que se resuelve más rápido cuanto más reciente es al empezar a tratarla.

En Fisioterapia Deportiva Castro hemos tenido éxito en su tratamiento incluso en los casos de más larga duración y complicaciones.

Comenzamos con la imprescindible historia clínica, diagnóstico y valoración inicial. Posteriormente a través de distintos métodos de trabajo, como la Terapia Manual Ortopédica u osteopatía, y de técnicas como la fibrolisis diacutánea, punción seca y diatermia.

Gracias a estas técnicas y a nuestros profesionales llegaremos a la clave del problema y lo solucionaremos para que no se vuelva a repetir.

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